Abrázate   Abrázate en las penumbras de lo cotidiano, en las bravas mañanas de frío.   Escúrrete en el rocío en las ausencias de tu amor bravío. Allí en tus propios brazos como un niño, embriágate del aire tornasol.   Pierde el control, desviste amarguras, ríe en espirales caracol A tientas, a oscuras, brilla aún sin sol.   Enfrenta tu propio esbozo de camino sinuoso, embebiéndote en la belleza de pintorescos de carozo.   Abrázate, aún en la insoportable soledad, porque no hay dolor, ni pena, ni nada, que tan sólo tu abrazo en primavera no pueda curar.   Betsabé Cano